miércoles, 14 de diciembre de 2011

El crecimiento del sector público español y la Ley de Wagner

Adolph Wagner (1835 – 1917) fue un economista alemán que desarrolló la ley que lleva su nombre, en referencia a la relación directa que tiene el crecimiento de un país con el incremento del gasto público. Wagner, miembro de la escuela del socialismo de Estado, desarrolló la teoría de que el aumento de la riqueza de un país acarrea un incremento mayor del gasto público: una teoría diferente a la que desarrolló John Keynes, quien defendía lo opuesto: que el incremento del gasto público es el que acarrea el incremento de la producción y riqueza de un país.

A mayor tamaño del país, mayor debe ser el gasto público

Wagner desarrolló su teoría basándose en el crecimiento del tamaño del Gobierno de los Estados. Observo que el tamaño del

sector público de un país aumentaba conforme se incrementaba el nivel de vida de los ciudadanos, algo que en principio puede sonar extraño, ya que, cuanto mayor sea el bienestar de los ciudadanos, menor debería ser la dependencia que tengan del Estado sus habitantes.
Pero lo que Wagner observó es que cuanto mayor es el bienestar de los habitantes, más demandas tienen en educación, en seguridad, en infraestructuras, en sanidad, etc., o lo que es lo mismo, más necesidad tendrán en que el Estado les provea de ciertos bienes, que en Estados pobres ni tan siquiera piensan en ello, de ahí que en los países poco desarrollados el tamaño del sector público sea pequeño. Igualmente, la aparición en el país de nuevos avances tecnológicos, provocarán la aparición de monopolios que controlen las nuevas innovaciones tecnológicas, que deberán ser controlados por el Estado.
En este camino, también puede ocurrir que haya nuevos sectores que necesiten de una gran inversión, que inicialmente solo pude aportarlo el Estado, de ahí que crezca el gasto público. Igualmente, los nuevos campos tecnológicos que aparecen provocan unas nuevas necesidades educativas, ya que son bienes superiores que antes no estaban presentes entre los habitantes.
El inconveniente que Wagner le da al crecimiento del sector público es el elevado nivel de la elasticidad – renta de los bienes públicos: los bienes públicos crecen a mayor velocidad que la riqueza del país, por lo que, cuando la economía se ralentice, la disminución del gasto estatal será menor, con los consecuentes problemas de financiación que tendrá el Estado.

El sector publico en España

El crecimiento del sector público comenzó a partir de 1960, con los Planes de Estabilización, que originaron un cambio estructural productivo y una importante industrialización, la aparición de la Seguridad Social, y el incremento del gasto en infraestructuras, vivienda o educación, y con la firma de un acuerdo preferencial de España con la CEE en 1970, incrementándose el gasto público en mayor medida que en el resto de países europeos.
Pero el principal incremento del gasto público se dio en España con de la llegada de la democracia en 1978, y sobre todo con el proceso de integración del país en la CEE. En estos años creció la Seguridad Social, y se elevó mucho el gasto en educación, sanidad e infraestructuras. La entrada en la CEE facilitó la adopción de medidas liberalizadoras del mercado español, como la privatización de las empresas públicas existentes, con el consecuente incremento de los ingresos del país.
Este rápido crecimiento de España originó el desarrollo de las competencias de las diferentes administraciones públicas, como Comunidades Autónomas, Diputaciones y Ayuntamientos, que acarreo el incremento de los presupuestos de gasto público, algo que era fácilmente cubierto con los ingresos del Estado proveniente del crecimiento del país.

La no disminución del gasto público durante la crisis

El incremento del gasto público genera más riqueza al país, que a su vez genera más gasto público, por lo que al final es un mecanismo que se autoalimenta. El problema se origina cuando el país, ante una crisis como la actual, no crece al ritmo necesario, por ejemplo por encima del 3 %, con lo que el Estado no recibe los ingresos necesarios para mantener su nivel de gasto.
Y cuando esto sucede, aparecen los problemas, ya que, aunque el país no crezca, e incluso decrece, los ciudadanos ya no están dispuestos a asumir una reducción del nivel de calidad de los servicios que ofrece el Estado, de ahí que el nivel de gasto público no disminuye en la misma proporción que se estancan sus ingresos, lo da como resultado que el Estado se vea obligado a endeudarse, como está ocurriendo actualmente, para que sus ciudadanos puedan seguir disfrutando de los mismos servicios. Si la economía no se recupera y le vuelve a dar al Estado los ingresos suficientes para financiarse, el endeudamiento del sector público difícilmente se reducirá.

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